Wasp - Wasp - (1984) - |
El debut de Blackie y los suyos, está cumpliendo en este 2018, apenas 34 años.
La irreverencia, el salvajismo y la crudeza a flor de piel, hizo de esta placa un clásico instantáneo, casi esencial para cualquier fan del heavy metal tradicional. Un disco plagado de riffs pegadizos, directos, sumados a estribillos sencillamente irresistibles.
En tren de justicia, la imagen impactante de la banda, en cierta manera a mi humilde opinión, siempre estuvo más en la palestra que la música en si misma. Creo, sin temor a equivocarme que estamos ante otro disco que sumó pergaminos, a medida que se añejaba.
Poco más de tres décadas han pasado de su edición y el álbum aún no haya perdido su encanto inicial, y las canciones todavía suenan tan frescas, crudas y pesadas como cuando vieron la luz.
A principios de los 80, cuando el glamour y el hair metal comenzaban a emerger, la banda se aparta de la lírica convencional y si bien cae en ciertos lugares comunes, como el sexo, también podríamos
decir…qué banda de glam tenía sangre, motosierras, o letras sobre la tortura? Claramente WASP era la contracara de las bandas posers (?) de la época y su carta de presentación es inmejorable
Como no rendirse ante himnos como I Wanna Be Somebody, L.O.V.E Machine, On Your Knees, que invitan a vociferar con el puño en alto como poseídos es francamente inevitable. Lo fue a los 20 y lo sigue siendo después de los 50. Pocas baladas de la época desgranan sentimiento como Sleeping (Into The Fire) a partir de un Blackie irrepetible en ese canto melancólico. Por otra parte, temas como School Daze, The Torture Never Stop, The Flame, o la fabulosa Hellion, son las que acompañan en gran manera a ese puñado de clásicos que nos ofrenda este debut.
La producción de Mike Varney les da un sonido absolutamente identificatorio y que los pone un par de escalones por sobre sus contemporáneos en el gran país del norte. Con el tiempo, Blackie demostraría una maduración compositiva muy importante y hasta apenas entrados los 90´s, seguiría sorprendiéndonos. Después la ida del inefable Chris Holmes se haría sentir, casi trazando una analogía con lo que le significó a Queensryche la deserción de Chris de Garmo. Hoy, casi a los tumbos, WASP es apenas un bosquejo de ese resentimiento sonoro que resultó ser este bautismo. Está claro que ha pasado toda una vida, no solo a Lae)wless, sino a nosotros mismos, quienes cuando queremos volver a sentir que la adolescencia nos abría las puertas al mundo, seguramente elegiríamos discos como este como banda de sonido.
Clásico por donde se lo mire ...(y escuche).
Randy Piper - Chris Holmes - Tony Richards - Blackie Lawless - WASP 1984 - |
Extraordinario disco.
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