lunes, 12 de abril de 2021

 

Ozzy Osbourne: Blizzard Of Oz (1980)


También un 27 de Marzo pero de 1981, energía de su hora más oscura, el señor Ozzy Osbourne.

Poco más de un año había pasado desde que la sociedad con Iommi, Buttler y Ward había naufragado y el nuevo socio de la mítica banda no era otro que el enano mágico, con quien Black Sabbath acababa de escribir una de sus páginas más brillantes con la edición de Heaven And Hell.

Ozzy, hundido en la depresión, producto de sus excesos incontrolables y la salida de su banda madre estaba a la deriva e intentando resurgir, cuando en una de sus tantas audiciones para encontrar su próximo guitarrista. De la mano del bajista Dana Strum, un muchacho rubio y muy flaquito se presentó ante la leyenda a fin de audicionar en el hotel en el que se hospedaba, a pesar de que Osbourne ya no se encontraba muy receptivo. Cuando entró Randy, Ozzy vio su cabello y su estatura y preguntó “¿es una chica?”. Ozzy le pidió que tocase “cualquier cosa”, Randy accedió y, pocos compases después, Ozzy le dio el trabajo. Más tarde Rhoads explicó “Sólo afiné e hice algunos riffs y él dijo ‘el trabajo es tuyo’; tuve un sentimiento de lo más extraño, porque pensé ‘ni siquiera me has oído tocar aún!’”.

La llegada de Randy a la vida de al ex Sabbath fue claramente una especie de bendición ya que juntos harían historia con los dos primeros discos de Blizzard Of Oz.  Para la grabación de este primer trabajo, además de Rhoads, Osbourne contó con el bajista Bob Daisley y el baterista Lee Kerslake ambos ex Rainbow y Uriah Heep respectivamente.

Con su edición, Blizzard Of OZ se tornó en una pieza de culto, ya que sorprendiendo a propios y extraños, Ozzy volvía a ocupar un lugar de privilegio que parecía perdido una vez alejado de Sabbath.

Tanto Crazy Train como Mr. Crowley se transformaron en esos clásicos absolutos y que rara vez estuvieron ausentes del set list de gordo a lo largo de su carrera. Sin embargo, el disco no estuvo exento de polémicas. En este caso vino por el lado de la canción ‘Suicide solution’, que fue señalada como culpable de algunos suicidios. Los padres de un joven de 19 años llegaron a demandar a Ozzy y la compañía, aunque la acusación fue desestimada. Este señaló en el tribunal que la letra no habla del suicidio, sino que trataba sobre la muerte de Bon Scott de AC-DC relacionada al alcohol, aunque lo cierto es que se trataba de su propia batalla contra el alcoholismo.  Sin embargo, estamos ante el que fuera el disco más exitoso de la carrera solista de Ozzy con 4.000.000 de copias vendidas solo en Estados Unidos. Además de los citados clásicos, encontramos gemas como la inicial I Don´t Know, Revelation (Mother Earth), la melancólica Goodbye To Romance, la increíble Steal Away The Night que cierra el disco dejándonos con ganas de más, y esa delicadeza instrumental de menos de un minuto, Dee, que el inolvidable Randy le dedicara a su madre Delores. En definitiva, una vuelta a lo grande y acorde a los pergaminos de uno de los tipos que había llegado a plantar la bandera del género y mantenerla firme a lo largo de más de 50 años de historia. En tiempos como estos, de tanta escasez de talento e incertidumbre musical, quedan discos como estos que nos recuerdan cuando, como y porque elegimos esta música como identificación sonora....



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