domingo, 16 de septiembre de 2018

Clásicos Del Metal: Black Sabbath - Born Again - (1983) -




Born Again - (1983) - 
Para 1983 el hermoso sueño de la fusión Dio-Black Sabbath se había esfumado, y el futuro de la leyenda, entraba otra vez en la nebulosa.
Volver a emerger, no sería fácil y mucho menos alcanzar la vara que había dejado el enano mágico. Barajar y dar de nuevo era la misión.

La primera apuesta, que quizás haya sido apenas un bosquejo, fue pensar en Robert Plant y en David Coverdale, y, por otra parte, cuenta la leyenda que el entonces ignoto Michael Bolton había intentado audicionar mediante el envío de una cinta.
Sin embargo, es Don Arden, (el mismísimo suegro de Ozzy), quién acababa de tomar las riendas del management de Black Sabbath es el que les sugiere el nombre de Ian Gillan, y tras el visto bueno de Iommi, Black Sabbath volvía a posicionarse para recuperar su lugar. Sin embargo, la relación entre el cantante y sus compañeros, nunca terminó de cuajar definitivamente ya que en cierta manera Ian nunca estuvo demasiado convencido de unirse a Black Sabbath, porque entendía que la banda cierto mensaje negativo. Hasta se llegó a decir que fue la discográfica Vértigo quién obliga a Gillan a ser “miembro estable” del grupo. Y un detalle no menor es que sería el último disco de estudio con Bill Ward a quién los excesos y el alcohol le estaban pasando una factura muy excesiva.
Grabado en los Estudios Manor, de Oxfordshire y a 35 años de su lanzamiento, sigo pensando lo que en aquel lejano 1983. Born Again, quizás no esté dentro del púlpito de los clásicos de la banda, pero merece un lugar dentro de lo mejor que hayan editado en su historia. Hoy podemos decir que le ha ganado al tiempo claramente, y como tantas otras obras, ha obtenido con los años ese reconocimiento que se le rehusaba en un primer momento. Estamos ante una de las obras más pesadas, más densas y más oscuras que haya parido la banda.


La furia del arranque con Trashed, nos muestra a un Gillan prendido fuego, lo que sería una constante a lo largo del álbum y que encontraría en el épico tema título su momento más dramático y brillante, en la que es, a mi juicio, una de esas canciones emblemáticas que han quedado olvidadas y sin Gillan, son irrepetibles. En apenas nueve canciones Black Sabbath vuelve a mostrar el camino, imposible no identificar a la banda a la hora de canciones como Disturbing The Priest, o esa maravilla llamada Zero The Hero, con uno de esos riffs made in Iommi que ha influenciado a cientos a la hora de empuñar una guitarra. La angustiosa melodía de Keep It Warm, la intensidad de Digital Bitch, tan cercana al entonces, en ciernes NWOBHM, o esa invitación a “headbangear” que es Digital Bitch, no hacen más que resaltar un disco soberbio a todas luces, que no solo sobrevivió al paso del tiempo sino a una floja producción, en especial a la hora de la mezcla que, al parecer, estuvo en manos del amigo Geezer. 
Años más tarde, ya entrados los 2000, la idea de volver a mezclar el disco, rondaba en la cabeza de tanto de Iommi , como de Butler, pero las cintas maestras nunca fueron recuperadas y entonces se optó por una remasterización de la mezcla original. Más allá de los resultados, me sigo quedando con el sonido original, como detallé más arriba, oscuro, casi tenebroso por momentos y un tanto bajo para los cánones de Black Sabbath.
Antes de la gira presentación, Bill se baja del barco y es reemplazado por el ex ELO, Bev Bevan y durante casi nueve meses girarían presentando el disco, con la particularidad que incluían en el set list el clásico de Purple , Smoke On The Water, casi en tren de “gentileza”, para que el propio Gillan pudiera, aunque mas no sea por un par de minutos, volver a sus días teñidos de púrpura.
En definitiva, un eslabón más no solo de la carrera de la banda sino de un año fundacional para esto del rock duro. Las bases en las que aún se cimienta el género , sin dudas han sido sentadas en ese glorioso 83.



Butler- Gillan-Iommi-Evan -  La formación con la cual Black Sabbath salió al ruedo a presentar Born Again, después de la salida de Bill Ward

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Clásicos Del Metal: Queensryche - The Warning - (1984)



Carátula de la Edición Argentina de The Warning
En el EP debut de 1983 Queensryche dio claras señales que no estábamos ante una banda más. A lo largo de ese puñado de canciones,  empezamos a descubrir a un grupo que empezaría a desgranar los pergaminos más brillantes de su carrera en los diez años subsiguientes
La audacia que presenta The Warning es sin dudas, una de las mejores cualidades que los muchachos de Seattle supieron demostrar en aquellos primeros tiempos y hoy, cuando está cumpliendo 34 años, sigue sorprendiendo en cada escucha.
Y esa audacia tiene  mucho que ver con los primeros guiños progresivos que dan cuenta en este disco , como primera muestra de evolución, una sana costumbre para Tate y Cía.
A ese tufillo Maidenesco que destilaba su debut, este disco le incorpora diversos elementos de bandas que influenciaron a Queensryche de manera muy clara, como Rush o Pink Floyd.
La elección de James Guthrie como productor del disco, quien venía de trabajar con la banda de Waters en The Wall, es un indicio casi evidente, lo que se refuerza con Michael Kamen, trabajando los arreglos de la épica Roads To Madness.


Como en tantos otros discos, es imposible destacar una canción en particular. Con The Warning siento esa sensación que no podría dividir sus piezas, sino que en conjunto, hacen que con el correr del tiempo se transforme casi en el bautismo de lo que conocemos como “metal progresivo” y que bandas como Fates Warning, o Dream Theater, han sido influenciadas notoriamente por Queensryche.
En lo personal, y ya lo he expresado en algún que otro posteo referente a la banda, no puedo ser imparcial con el legado de aquella primera década de Queensryche, dado el nivel de permanente progreso artístico que supieron demostrar. Como detalle de color, llego la banda mediante la edición nacional de “La Advertencia”, en aquella serie de EMI, “Hard Attack” que se animó a publicar discos de WASP, Hélix, Great White, Whitesnake, entre otros.
En definitiva The Warning es un disco para entender el verdadero sentido de la palabra evolución, un “antes” brillante, que devendría en un “después” esencial para colocar al vilipendiado rock duro, en su justo lugar, ese que pocos entienden.




Tokyo Blade: Unbroken - (2018) -

Tokyo Blade - Unbroken - (2018) - 
Oriundos de Salisbury, Wiltshire, Inglaterra Tokyo Blade es una de esas bandas que emergieron dentro de aquella primera, y fantástica, generación de la NWOBHM y si bien nunca llegaron a las grandes ligas, sin dudas son una referencia ineludible dentro del género en especial por sus tres primeros y fabulosos discos. Nada podía ser mejor, la permanente evolución los llevó a compartir escenarios con gigantes de la talla de Ozzy, Metallica, Accept y Dio en diversos festivales europeos…Sin embargo y quizás producto de la falta de reconocimiento, algunas desavenencias y otros males conocidos llevaron a Tokyo Blade a mutar permanentemente hasta los últimos días de la década del 90. El constante peregrinar de músicos, decantaron en ideas no del todo efectivas a la hora de plasmarlas en los discos que vieron la luz en aquellos tiempos,  y a la postre pasaron casi desapercibidos.
Luego de un impasse bastante prolongado donde los músicos se dispersaron en diversos proyectos, para 2008, el guitarrista  Andy Boulton volvió a alistar cuatro partes de la alineación clásica, John Wiggins, Andy Wrighton y Steve Pierce, en guitarra, bajo y batería para una refundación de Tokyo Blade con el vocalista Chris Gillen. Con este line up volvieron a girar por Europa, mientras el rumor de un nuevo trabajo de estudio siempre estaba latente. Sin embargo para 2010 Gillen fue reemplazado por el cantante de Domain, el alemán  Nicolaj Ruhnow con quién sí entraron a estudios y bajo la tutela de Chris Tsangarides  editaron en Marzo de 2011 el tan postergado disco "Thousand Men Strong", que a pesar de las buenas críticas no fue suficiente para recuperar el terreno perdido.
Así y todo, este es trabajo el que los pone nuevamente en consideración del público europeo, ya que la ruta los encuentra participando de diversos festivales en 2011-2012 y 2013. Abruptamente Ruhnow abandonó la banda en 2014, producto de diferencias con Andy Boulton, y recurren nuevamente a Chris Gillen para que se haga cargo de las voces.
La nueva formación no se extendió por mucho tiempo y con el regreso del vocalista original, Alan Marsh sembraría el terreno fértil para volver a los orígenes y recuperar parte de esa esencia de los primeros 80´s.
Con el lanzamiento de Unbroken,  la banda demuestra que, no solo están en forma, sino que vuelven a los orígenes con un disco de excelente factura.
Musicalmente, todo huele a 1983. Canciones que desde las melodías, y las estructuras nos vuelven a posicionar en nuestra añorada juventud. El corte No Time to Bleed es la muestra más clara de este viaje al pasado. Guitarras gemelas que atan un lazo entre Thin Lizzy y Iron Maiden, con uno de los estribillos más pegadizos de la última década. Por otra parte mediante temas como  la inicial  y enérgica Devil´s Gonna Bring You Down, se muestran como una banda renovada y una sangre absolutamente rejuvenecida. Es tan representativo de aquellos años este disco que canciones como Dead Again, Black Water o The Last Samurai, bien podían haber sido parte de ese repertorio de aquellos primeros discos. Mientras el regreso de Marsh, es la vuelta de la voz identificatoria  de la banda, el tándem Boulton/Wiggins es , claramente, el núcleo del sonido de la banda y a lo largo de la placa son quienes enarbolan la bandera del más genuino metal británico. Una muestra inequívoca es el track que cierra el disco My Kind of Heaven que es una especie de hermano gemelo del clásico de su primer disco y caballito de batalla,  If Heaven Is Hell, donde la épica de las guitarras gemelas vuelve a cabalgar como antaño.
Lejos de generar nostalgia, Tokyo Blade ha vuelto a sentar las bases de la NWOBHM, a casi cuarenta años de su fundación y lo hacen con un trabajo en el cual sobreponen la dignidad por sobre la originalidad, y no es poca cosa.

Tokyo Blade 2018 - Andy Brighton (Bajo) - John Wiggins (Guitarra) - Steve Pierce (Bajo) - Alan Marsh (Voz) - Andy Boulton (Guitarra)



domingo, 24 de junio de 2018

Clásicos del Metal: Black Sabbath - Deshumanizer - (1992) -

- Deshumanizer - (1992) - 
En los últimos días de Junio está cumpliendo 26 años esa maravilla que se llamó Deshumanizer.

Claramente este disco da por tierra con esa sentencia que dicta "segundas partes nunca fueron buenas", porque este reencuentro de Dio con Iommi fue todo lo brillante que ya había demostrado la etapa anterior. Un grupo puede tener diferencias, problemas de ego, y hasta dividirse, pero también son una parte integral del otro, y cuando están juntos, están obligados a sacudir el mundo. Y para Black Sabbath era una costumbre. 
Un disco al cual el tiempo ha transformado en una de las piezas mas oscuras y pesadas dentro de la discografía de la banda y eso es mucho decir. Canciones como Buried Alive, I, Sins Of The Father, TV Crimes, After All (The Dead), son pergaminos injustamente relegados dentro de la prodigiosa historia de Black Sabbath. Musicalmente prendidos fuego y a nivel compositivo en estado de gracia, la banda supo reinventarse y vaya que pudimos comprobarlo esas gélidas noches de 1992 cuando la bruja pisó el Estadio Obras en uno de los mejores y mas emotivos shows que vi en mi vida.


Dentro de la inmensidad del recorrido del enano mágico, me atrevo a decir que este es uno de sus momentos culmines a la hora de su performance vocal, imponente como nunca, Dio es , sin dudas, la estrella de este disco.
Para esta placa iba a estar Cozy Powell en los parches, pero por una lesión en su cadera, debió resignar su lugar con Vinnie Appice que le ganó la pulseada a Simon Wright por la decisión de Iommi y Butler. La producción, inmejorable, estuvo a cargo de Reinhold Mack (Queen, ELO, Purple) claramente responsable de uno de los sonidos mejores logrados por Sabbath. Tanto es así que el propio vocalista dijo "Es uno de mis favoritos absolutos y uno de los álbumes más pesados ​​que he escuchado. Pero fue algo que realmente tuvimos que exprimirnos, y creo que es por eso que funciona. A veces necesitas ese tipo de tensión o terminas haciendo un álbum de Navidad ".Y a pesar de esa interminable batalla de egos, Deshumanizer suena absolutamente natural y auténtico, lo que para un regreso, un tanto inesperado en ese momento, no es poca cosa.
Lamentablemente , el fracaso comercial del disco, postergó el verdadero valor, siempre hablando de lo musical, que Deshumanizer debería tener en la historia de Black Sabbath
Hoy, 26 años después, desempolvamos una gema, una más, de una banda única e irrepetible.


- Appice - Butler - Dio - Iommi - 

Recuerdo del primer show de Black Sabbath en Argentina presentando Deshumanizer-
De lo mejor que vi en mi vida.

lunes, 11 de junio de 2018

Discos olvidados: Zeno - Zeno - (1986)

Zeno - (1986) - 
Zeno Roth, falleció el pasado mes de Diciembre de 2017 . La que fuera  su banda, ZENO, lanzó un serie de discos de estupenda factura entre los años ochenta y noventa, y en cierta manera este es nuestro homenaje al que fuera su álbum más celebrado, el debut , autotitulado, simplemente Zeno
El disco es un compendio de promesas en forma de canciones que lo tienen todo: la combinación de melodías AOR,  Melodic Rock y Hard Rock como sonidos influenciados en bandas como  Boston, Queen  o Scorpions, pero con una identidad claramente personal.
A  nivel producción "Zeno" es sencillamente perfecto. La idea de captar un sonido meticulosamente rico, sin dudas fué alcanzada sobradamente. Como cuenta la historia, la placa lejos estuvo de ser un suceso de ventas ni mucho menos. Así y todo, la banda nunca se privó de buenos presupuestos a la hora de encarar sus trabajos y si bien en lo comercial no rendían los frutos esperados, artísticamente sobraban la situación, muy por encima del nivel de muchos de sus contemporáneos.
Lo de Roth con las seis cuerdas es excepcional, y su sonido, tan personal pareciera reflejar su costado más espiritual y filosófico, donde también podemos ver la influencia  de su hermano mayor.  Por otra parte el vocalista Michael Flexig, dueño de una de esas voces que son imposibles de olvidar. Un registro, alto, potente y cristalino, es sin dudas uno de los puntos distintivos de la banda. Michael junto al líder, son claramente el corazón de la banda. Además del bajista U. Winsomie Ritgen, participan como invitados Chuck Burgi y Suart Elliot en los parches y Don Airey en los teclados.



A lo largo de las once canciones podemos hacer un recorrido a lo largo de uno de esos discos que indefectiblemente merecieron otro destino que no sea el ostracismo al que fué condenado a pesar de su calidad extrema. Emergency es puro AOR de los años 80 con sus fantásticos estribillos, la exquisitez oriental de los acordes de Heart On The Wing, la pompa y grandilocuencia de Love Will Live que fuera el corte de difusión y con cuyo video tuvieron cierta rotación en el añejo MTV, la fabulosa balada Don't Tell The Wind, mientras que Signs Of The Sky nos recuerda el Asia de aquellos dorados 80´s.
A mas de 30 años de su lanzamiento, estamos ante un trabajo que se ha tornado en un clásico dentro de espectro de Hard Aor, y esto no es consecuencia del éxito, sino producto de un trabajo de excelencia en lo estrictamente musical.
Como tantos otros trabajos que cayeron en una especie de exilio sonoro, hoy rescatamos una de las gemas perdidas de la década. Quizás esa falta de reconocimiento fue la responsable de que en los subsiguientes veinte años la banda apenas editaría apenas cuatro discos más y que a pesar de mantener el nivel de este fabuloso estreno, han sido muy poco valorados en el tiempo.
Sin el líder, y con la banda disuelta hace años, no estaría demás despertar la inquietud para darnos cuenta de la calidad de un legado musical que sería un pecado no darle una chance.Estamos a tiempo.

Zeno Roth - Michael Flexig - U. Winsomie Ritgen









miércoles, 30 de mayo de 2018

Clásicos Del Metal: Operation Mindcrime - Queensryche - (1988) -



La espiral creativa de Queensryche venía creciendo a pasos agigantados. Desde el increíble EP del 83 estaba clarísimo que no estábamos ante una banda más y apenas cinco años después concibieron esta obra maestra que catapultó al grupo a otro nivel.

Hace exactamente 30 años, en Mayo de 1988, el rock duro se colgaba una de sus cocardas más brillantes, un verdadero testimonio de creatividad y talento con el cual Queensryche  dio  rienda suelta a una ambición poco frecuente en aquél lejano 1988.

El disco sostenía la intensidad de Rage For Order, pero con un vuelo mucho más amplio a la hora de componer, todo era perfecto, la belleza de los arreglos, la interpretación superlativa de los chicos de Seattle, que hacen de este álbum un clásico eterno, un disco perfecto, inmortal y casi imposible de empardar.

Queensrÿche era una de las pocas bandas que se atrevía por esa época a criticar su sistema político y social,  a su presidente y tratar de que la gente entienda de que se trata la manipulación de los medios que en Estados Unidos lo controlan todo. Nadie podía aseverar que la trama de la historia enmarcada dentro de un ámbito de corrupción gubernamental,  y avaricia corporativa hoy en día no tenga una vigencia absoluta a tres décadas de su edición. Lo paradójico, a mi juicio, es que por momentos la historia pasa a un segundo plano, dado la magnificencia de lo estrictamente musical a partir de un álbum de concepto coherente, evocador y provocador.


Y es ahí cuando se instalan como un grupo distinto a la hora de la lírica mientras que desde lo musical, encontramos a uno de los mejores cantantes de la historia, una dupla guitarrística de ensueño y una base como pocas han existido dentro del espectro de la música que nos identifica. Cinco músicos en estado de gracia permanente que durante la primera década de la banda supieron concebir una serie de discos inolvidables que tienen en Operation su momento culmine  y definitivamente es un punto de inflexión esencial en la historia del género.

Claramente estamos ante un disco que marca un precedente, como lo hicieron discos como la saga Keeper de Helloween, Thundersteel de Riot, o el mismísimo Painkiller, casualmente todos engendrados en el último suspiro de de los 80, casi como un corolario de la década dorada.

A pesar de la grandilocuencia de Mindcrime, sería un par de años mas tarde con Empire, cuando Queensryche obtendría su mayor aceptación, de la mano de Silent Lucidity. 
Los 90´s, la ida de De Garmo, el insoportable ego de Tate, devendrían en una serie de discos entre discretos y erráticos, que muy lejos estarían de la obra a la que hoy veneramos.

Hoy, en Mayo de 2018, todos somos Nikki o el Dr X, una vez más. En 30 años, muchos de los gritos de Operation Mincrime, resuenan con una vigencia alarmante.

Eddie Jackson - Chris De Garmo - Geoff Tate - Scott Rockenfield - Michael Wilton -