sábado, 28 de noviembre de 2009

KEEL - The Right To Rock - (1985) -


He aquí un disco destinado al ostracismo dentro de mi discoteca y absolutamente gracias a sus propios méritos.
Gene Simmons, allá por el 83/84, estaba intentándo de la mano de Paul Stanley resucitar a Kiss, desechándo el maquillaje y editando un par de discos que venían en parte a reafimar lo que con el subestimado Creatures Of The Night, empezaba a despuntar. Y al mismo tiempo empieza aproducir una serie de bandas como Wendy O' Williams, EZO, and Black and Blue.quienes salvo Wendy hacían sus primeras armas. En el combo de dichos grupos también aparece Keel, quienes oriundos de la Cosa Oeste, como tantos otros, que emergian en aquel momento intentando dar ese paso que les permitieran fomrar parte de esa elite de bandas noveles que estaban tratando de afirmase, en este segundo intento de estudio, luego del debut del año anterior.The Right To Rock es, a mi juicio, de lo más flojo que aquella camada de grupos hayan ofrecido en esos años. Y a pesar del esfuerzo del reconocido productor que en todo momento intenta acercar el sonido de Keel al de su banda original, nada puede ni tan siquiero considerarse interesante, pero lo peor es que incluso un cantante tan mediocre como Ron Keel haya tenido cierto grado de reconocimiento en el genero.
Una colección canciones de absoluto descarte, a pesar de unas guitarras que intentan en vano mantener vivo un producto perimido y que para peor se opaca aún más con una voz de ese nivel. De más está decir que la ausencia de originalidad es notable y la gota que rebalza el vaso es la insolente versión de Let's Spend the Night Together de los Rolling Stones. Así y todo ya lo largo de una carrera oscilante como pocas la banda edita seis discos y en este próximo 2010 publicarán luego de 12 años el séptimo, tentativamente llamado Streets Of Rock And Roll. Con el tiempo The Right To Rock no es ni tan siquiera un disco más, es apenas un disco. 3/10.

KANE ROBERTS - Saints And Sinners - (1991)


Años 90/91, ultimos retazos de la era dorada del Glam y sus derivados. Al mismo tiempo empieza a ver la luz el Grunge, gracias a Nirvana, Soundgarden, Pearl Jam, Alice In Chains, Mudhoney, entre otras, lo que para el hard rock termina siendo casi el epitafio de todo aquello que en los 80´s nos había maravillado. Como parte de esos últimos intentos de mantener en pie lo que a todas luces se estaba desvaneciendo, Kane Roberts decide intentar demostrar sus cualidades con este segundo disco como solista, una vez alejado de la banda de Alice Cooper. y a decir verdad confirma que lo más productivo estaba en sus bíceps.
Convengamos que un disco puede, de por si, sonar predecible, repetitivo, monótono, pero si a esto le agregamos una falta de magia y carisma alarmantes, entonces no hay vuelta atrás. Ni tan siquiera Jon Bon Jovi y Desmond Child, formando parte de la composición logran sacare a flote un disco de escasísimo vuelo, donde lo mejorcito quizás estén por el lado de las baladas Does Anybody Really Fall In Love Anymore? y It`s Only Over For You . 4/10.