jueves, 10 de noviembre de 2011

Sixx AM: This Is Gonna Hurt - (2011) -

Cuando un músico decide abordar lo que habitualmente llamamos “proyecto paralelo”, muchas veces nos encontramos que dicho artista no hace sino repetir lo que viene haciendo con su banda madre. Y a partir de ahí es que puedo aseverar que no estamos, afortunadamente ante uno de esos casos. Nikki Sixx, lanza en este 2011, su tercer trabajo fuera del ámbito de Motley Crue. Y no me animo a llamarlo disco solista porque sencillamente no lo es. Para This Is Gonna Hurt, Nikki continúa con DJ Ashba a cargo de las guitarras y el polifacético James Michael, responsable de la producción, teclados, batería, guitarra rítmica, y por sobre todo dueño de una voz híper personal, que le da el toque ideal, a las historias que Sixx narra a lo largo de toda la placa. Muchos puntos de contacto acercan a este disco al The Heroin Days, con el cual Sixx Am, salía a la consideración, sobre todo desde la lírica, donde cada canción, es sin duda una experiencia distinta y un recorrido del mismo Nikki a través de sus vaivenes, sus adicciones, momentos de euforia y de los otros, contados desde una sutileza, absolutamente ajena para lo que nos tiene acostumbrado en Motley Crue. El arte de tapa, es otra señal directa a la esencia y el clima que el disco entrega.
Totalmente ajeno al clima festivo de sus días con Tommy Lee, el bajista vuelve a la autorreferencia, desde su oscura poesía., sin dudas de lo más inspirado que haya escrito en su carrera.Y no solo ahí están las diferencias con su banda madre. Musicalmente, hay una mixtura, por momentos sorprendentes, que nos acerca al metal industrial (Deadlihood), coquetea con Marilyn Manson (Lies Of The Beautiful People ó This Is Gonna Hurt), y obviamente hay lugar para un par de guiños a los Crue, en especial desde una balada como Smile. Hasta resabios de los mismísimos Coldplay son evidentes en Sure Feels Right y en la inmensa y dramática Oh My God, que dicho sea de paso, para quién suscribe es sin dudas uno de los temas del año. Live Forever, oscura y melódica es otro punto alto de un disco que diría que casi no tiene baches y se cierra con Skin una balada, única, que gracias a la portentosa voz de James Michael, se eleva magnífica como un dramático fin de fiesta. Michael es sin dudas responsable de que la placa tenga el nivel que tiene, desde la textura, y el poder de una voz, pinta los colores exactos que cada canción ofrece.
Es, This Is Gonna Hurt, al menos para mí, uno de los discos del año, 9/10