La edición de 1987 sin dudas fue el mojón que cambió el destino a la banda en cuanto la popularidad.
Y Si bien Whitesnake ya tenía ese rango de banda de culto, no fue hasta la edición de ese disco que la masividad golpeó a la puerta del bueno de David.
Amo y señor Coverdale no iba a desperdiciar la oportunidad de confirmar lo que el disco anterior le había deparado y por lo que tanto había bregado , entonces era evidente que la idea sería intentar repetir la fórmula para lo cual decide reformar la banda una vez más y conforma otro verdadero dream team .
En esta oportunidad Rudy Sarzo, Tommy Aldrige y Steve Vai son los elegidos para darle vida al nuevo trabajo. El único integrante que se mantenía junto al vocalista era Adrián Vandenberg que producto de una tendinitis no puede participar de la grabación y recién se reincorpora cuando la banda sale a presentar Slip Of The Tongue.
Si las cosas habían salido tan bien dos años antes, no había chances de cambiar demasiado ahora. El tema es que lo que en 1987 habían sido tapones de punta, en Slip Of The Tongue es apenas un trotecito.
El disco corre en desventaja desde un principio con su antecesor. De aquel furioso arranque con Crying In The Rain, Dad Boys y Still Of The Night, a este anodino comienzo con el tema título, Cheap And Nasty y la mediocre versión de esa gema Fool For Your Loving que pierde por escándalo ante el original.
Evidentemente la ausencia de John Sykes a la hora de componer, sin dudas le jugó en contra a Coverdale, quién a pesar de los esfuerzos y buenas intenciones no logra repetir la química que había logrado junto al ex Thin Lizzy, responsable absoluto de la esencia del renacer de la serpiente.
En esta oportunidad Rudy Sarzo, Tommy Aldrige y Steve Vai son los elegidos para darle vida al nuevo trabajo. El único integrante que se mantenía junto al vocalista era Adrián Vandenberg que producto de una tendinitis no puede participar de la grabación y recién se reincorpora cuando la banda sale a presentar Slip Of The Tongue.
Si las cosas habían salido tan bien dos años antes, no había chances de cambiar demasiado ahora. El tema es que lo que en 1987 habían sido tapones de punta, en Slip Of The Tongue es apenas un trotecito.
El disco corre en desventaja desde un principio con su antecesor. De aquel furioso arranque con Crying In The Rain, Dad Boys y Still Of The Night, a este anodino comienzo con el tema título, Cheap And Nasty y la mediocre versión de esa gema Fool For Your Loving que pierde por escándalo ante el original.
Evidentemente la ausencia de John Sykes a la hora de componer, sin dudas le jugó en contra a Coverdale, quién a pesar de los esfuerzos y buenas intenciones no logra repetir la química que había logrado junto al ex Thin Lizzy, responsable absoluto de la esencia del renacer de la serpiente.
De hecho a la hora del resultado final, no estoy seguro que las expectativas que había generado Steve Vai se hayan cumplido plenamente, ya que todo suena demasiado estructurado, como siguiendo los lineamientos que el jefe habría marcado. Solos cortos, previsibles, efectivos, pero carentes de emoción.
Si vamos canción por canción, el álbum queda en desventaja ante su predecesor a pesar que Now You´re Gone y Sailing Ships son momentos que brillan con luz propia y Jugmendt Day nos vuelve a envolver con ese aroma tan sugestivamente Zeppelin
El resto no deja de ser un compendio de buenas canciones que quedan en deuda sabiendo la capacidad de los músicos que participan, como la previsible Kitten Got Clows o la insípida The Deeper The Love.
Sin embargo, lejos de ser un mal disco Slip Of The Tongue, navega en cierta intrascendencia ya que lejos de reforzar el potencial de 1987, lo estanca y lo deja a mitad de camino.
Después de Slip, la banda entraría, a nivel discográfico, en un impasse prolongado hasta 1997,cuando editaron Restless Heart. De hecho, aquel show en el Estadio de Ferro allá en el Monsters Of Rock del año 97, fue una especie de despedida, que con el tiempo se comprobó no fué tal.
El tiempo, los cambios, los estilos fueron variando, pero sin dudas el Rey David ya tiene ganado su lugar en el olimpo.
Este disco quedará junto a 1987 como el intento de Coverdale de ganar la masividad, y de hecho en su momento, logró su cometido, pero sin dudas que aquellos que seguimos desde siempre la carrera de Whitesnake, cuando busquemos sonidos identificatorios, iremos a desempolvar los trabajos anteriores.
Whitesnake 1987-1990, cuando la imagen priorizó a la musica |
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