En unos meses se cumplen 37 años del lanzamiento de una de las tantas gemas que abarcan la historia de una de las bandas referentes del genero, cuando allá por 1980, Chinatown,
El álbum fue grabado entre abril y agosto de 1980 en Good Earth Studios en Soho, cerca de Chinatown de Londres.
Un año antes la vara había quedado demasiado alta con Black Rose, una de las obras mas representativas de Thin Lizzy y obviamente no seria fácil empardar la partida, sobre todo si para este trabajo Phil no contaría con Gary Moore que había decidido marcharse.
Para reemplazar al genio irlandés Lynott recurrió a los servicios de Snowy White quién había formado parte de la banda de apoyo del propio Lynott cuando se cortó solo para su disco Solo In Soho, y por otra parte hacía su aparición el tecladista Dare Wharton de apenas 18 años, quién desde entonces formaría parte de Thin Lizzy, agregando teclados, algo que no era usual en la música de la banda.
Por aquellos días tanto Phil como Scott Gorham venían con una carga importante de excesos que estaban haciendo mella a nivel creatividad.
Sin embargo, Chinatown no está exento de grandes canciones como el track inical donde las guitarras gemelas, característica muy personal de Thin Lizzy brillan con esas melodías que supieron influenciar a muchos y sino que Steve Harris nos cuente un poco por su devoción por Lizzy. La canción que bautiza el disco y Killer On The Loose posiblemente sean las únicas que hayan quedado en la memoria de los fans más acérrimos de la banda. Por el otro lado tenemos Sweetheart, descendiente directa de la fabulosa Southbound del disco Bad Reputation, la nostálgica Didn`t I , donde Phil llora sus penas de amor, arropado por melodías con un dejo de bella tristeza si se quiere. El cierre con Hey You, nos lleva indefectiblemente a Massacre, ese clásico de Johnny The Fox.
En definitiva, uno de esos discos incomprendidos dentro de una discografìa plagada de puntos altos, como posiblemente pocas bandas hayan sido capaces de lograr.
Alguna vez leì por ahì que Phil Lynott en vida no habìa sido lo suficientemente reconocido y no somos pocos los que aseveramos dicha sentencia. Hoy a casi 30 años de su partida, el tiempo no solo agigantó la leyenda sino que recièn en estos tiempos muchos están empezando a entender lo grande que es Lynott y su Thin Lizzy gracias al enorme testamento sonoro que supo regalarnos.
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